domingo 14 diciembre, 2025

Nuevo aniversario de la función inaugural del teatro Colón de Turdera

La esquina de Agüero y Zapiola en Turdera, albergó hace más de un siglo, un vibrante centro de vida social y cultural para la comunidad: el Teatro Colón de Turdera, inaugurado el 13 de diciembre de 1913.

La iniciativa fue obra de Riziero Preti, quien fundó la entidad pensando en el esparcimiento de los vecinos. El Colón de Turdera funcionó como teatro, biógrafo (cine) y salón de baile, convirtiéndose en un refugio fundamental de vida social. Las proyecciones cinematográficas, con filmadoras que solían cortarse, y las obras de teatro protagonizadas por vecinos como Pedro Crisuoli, Antonio Strianesse, José Vives y Miguel Carbone, eran el entretenimiento principal de los fines de semana. El repertorio incluía desde películas de Charles Chaplin hasta monólogos de vecinos locuaces.

Una de las instituciones más destacadas del lugar era su orquesta estable, formada por talentos locales. Tal era su reconocimiento, que fue especialmente invitada por el Jockey Club para tocar en la apertura del hipódromo de Temperley, el 24 de junio de 1914. El teatro también fue escenario de eventos de beneficencia y fiestas populares, e incluso recibió la visita de figuras como la reconocida Madre María.

Sin embargo, el declive de la sala comenzó hacia fines de la década de 1930. La mejora en los caminos y la conectividad impulsó a los habitantes a trasladarse hacia Lomas de Zamora, donde existían cines más grandes y modernos. La asistencia decayó, las puertas cerraron y el edificio fue cayendo en el abandono. El final llegó en 1934, cuando la propiedad fue rematada en una subasta por la suma de $6.800 pesos de la época.

El antiguo espacio de proyecciones y escenarios se reconvirtió en una fábrica de zapatos durante varios años. En la actualidad, el predio sigue albergando una firma comercial, aunque con reformas más sustanciales. La fachada en Agüero y Zapiola es ahora un mudo testigo de aquel Colón de Turdera que supo tener la orquesta estable, los gallineros llenos y ser el corazón del ocio vecinal.

Fuente e información : Federico Gastón Guerra

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