El Parque Finky, uno de los espacios verdes más importantes de Lomas de Zamora, lleva un nombre que guarda una rica historia local. ¿De dónde proviene el nombre “Finky”? La respuesta está en el apellido de su antiguo propietario, Felipe Finck, quien fue el responsable de dar origen al terreno que hoy conocemos como parque.
A principios del siglo XX, Felipe Finck se estableció en lo que hoy es el barrio de Turdera. En esa época, la zona era considerada un terreno rural y el señor Finck dedicaba sus esfuerzos a la cría de ganado. Como propietario de las tierras, se hizo cargo de un extenso campo que abarcaba la zona, hasta que, con el paso del tiempo, sus tierras pasaron a ser conocidas como el “Campo de Finck”.
Con el transcurso de los años, el lugar fue adquiriendo un nuevo nombre entre los vecinos, que, con cariño, comenzaron a llamarlo simplemente “Finky”, en alusión al apellido de su antiguo dueño. A pesar de que Felipe Finck ya no estaba al frente de esas tierras, su legado permaneció en el nombre popular del espacio.
Luego de la muerte de Finck, el campo fue adquirido por el Ferrocarril Roca y, tras quedar en desuso, se convirtió en un basural hasta que, gracias a la intervención vecinal, fue recuperado para dar lugar a lo que hoy conocemos como Parque Finky. Este espacio verde se inauguró oficialmente en 2009 y, a lo largo de los años, ha sido un símbolo de la recuperación ambiental y el compromiso de los vecinos con el cuidado del entorno natural.
Hoy, el Parque Finky se ha convertido en un verdadero pulmón verde para la comunidad, con amplias áreas de esparcimiento, senderos y una variada oferta de actividades recreativas. Es un claro ejemplo de cómo un espacio que comenzó con una historia marcada por la agricultura y el abandono, hoy sirve como un lugar de disfrute y encuentro para los habitantes de Lomas de Zamora, especialmente en épocas de calor, cuando sus árboles ofrecen sombra y frescura a quienes lo visitan. Así, el Parque Finky no solo preserva el legado de Felipe Finck, sino que también se ha convertido en un símbolo de la resiliencia comunitaria y el respeto por el ambiente.